Mercado de derivados

Comprender el mercado de derivados

El mercado de derivados es un mercado financiero que se ocupa de instrumentos financieros que derivan su valor de un activo subyacente, como una criptomoneda, una moneda fiduciaria o una materia prima. Los operadores de este mercado pueden especular sobre el precio futuro del activo subyacente o utilizar derivados para gestionar su riesgo.

Dentro del Mercado de Derivados, hay dos tipos principales de contratos disponibles. Las opciones brindan a las personas el derecho de comprar o vender un activo subyacente a un precio predeterminado, pero no están obligadas a hacerlo. Por otro lado, los contratos de futuros requieren la finalización de la transacción en la fecha de vencimiento.

Además, existen otros dos tipos comunes de derivados conocidos como forwards y swaps. Sin embargo, es importante señalar que estos derivados no están regulados y no se negocian en bolsas reguladas. Los forwards son contratos de futuros no estandarizados y no regulados, mientras que los swaps implican un acuerdo para intercambiar obligaciones financieras.

Muchos de los principales intercambios de criptomonedas también operan como mercados de derivados. Algunos consideran que el crecimiento de los derivados es esencial para la adopción generalizada de las criptomonedas. Por ejemplo, la introducción de futuros de Bitcoin por parte de la Bolsa de Opciones de la Junta de Chicago (CBOE) en 2017 permitió a los inversores institucionales negociar derivados criptográficos sin la necesidad de mantener el activo real.

Sin embargo, es fundamental comprender que los mercados de derivados conllevan riesgos importantes, que pueden ser sistémicos. El colapso de los derivados jugó un papel en la crisis financiera. En la industria de las criptomonedas, los mercados de derivados se han enfrentado a medidas enérgicas regulatorias debido a las preocupaciones sobre la volatilidad y el riesgo de delitos cibernéticos.

Mercado de derivados

Comprender el mercado de derivados

El mercado de derivados es un mercado financiero que se ocupa de instrumentos financieros que derivan su valor de un activo subyacente, como una criptomoneda, una moneda fiduciaria o una materia prima. Los operadores de este mercado pueden especular sobre el precio futuro del activo subyacente o utilizar derivados para gestionar su riesgo.

Dentro del Mercado de Derivados, hay dos tipos principales de contratos disponibles. Las opciones brindan a las personas el derecho de comprar o vender un activo subyacente a un precio predeterminado, pero no están obligadas a hacerlo. Por otro lado, los contratos de futuros requieren la finalización de la transacción en la fecha de vencimiento.

Además, existen otros dos tipos comunes de derivados conocidos como forwards y swaps. Sin embargo, es importante señalar que estos derivados no están regulados y no se negocian en bolsas reguladas. Los forwards son contratos de futuros no estandarizados y no regulados, mientras que los swaps implican un acuerdo para intercambiar obligaciones financieras.

Muchos de los principales intercambios de criptomonedas también operan como mercados de derivados. Algunos consideran que el crecimiento de los derivados es esencial para la adopción generalizada de las criptomonedas. Por ejemplo, la introducción de futuros de Bitcoin por parte de la Bolsa de Opciones de la Junta de Chicago (CBOE) en 2017 permitió a los inversores institucionales negociar derivados criptográficos sin la necesidad de mantener el activo real.

Sin embargo, es fundamental comprender que los mercados de derivados conllevan riesgos importantes, que pueden ser sistémicos. El colapso de los derivados jugó un papel en la crisis financiera. En la industria de las criptomonedas, los mercados de derivados se han enfrentado a medidas enérgicas regulatorias debido a las preocupaciones sobre la volatilidad y el riesgo de delitos cibernéticos.

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